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Recientemente, Mobile Pathways colaboró en una investigación de Associated Press que siguió a personas que pensaban que acudían a audiencias de inmigración rutinarias, sólo para descubrir que la propia corte se había convertido en una trampa de deportación.
Aquí presentamos los datos clave de esta historia, aunque sean difíciles de aceptar: las probabilidades de ser arrestado en la corte son extremadamente bajas, pero si faltas a tu audiencia, existe aproximadamente un 99% de probabilidad de que se emita una orden de deportación in absentia. Entonces, ¿cómo decides qué hacer?
Estimamos que la historia de AP ya ha llegado a más de 10 millones de personas, una visibilidad extraordinaria para Mobile Pathways. Pero cada relato vívido de un padre esposado fuera de la sala de audiencias no solo expone los arrestos en la corte, sino que también alimenta el miedo que hace que otras personas con audiencias próximas decidan no presentarse.
Ese miedo no es abstracto; queda reflejado en los datos. Al contrastar los registros de ICE y EOIR de las audiencias de este verano—periodo en el que los arrestos en la corte se incrementaron—ahora podemos determinar las probabilidades de lo que sucede si una persona se presenta o no a su audiencia.
En otras palabras, este es el brutal esquema de decisiones que enfrenta hoy cada inmigrante en la corte.
* Nota: Dada la volatilidad de las políticas de inmigración y la complejidad de estos conjuntos de datos, siempre existe el riesgo de interpretar tendencias demasiado rápido. Si deseas conversar sobre nuestra metodología de análisis de datos con más detalle, por favor conéctate con nosotros abajo.

En Mobile Pathways analizamos los datos de audiencias de EOIR para mayo, junio y julio de 2025. Durante esos tres meses, hubo 364,262 audiencias de inmigración en todo el país.
El segmento sobre los arrestos proviene del trabajo minucioso de otra persona. El matemático Joseph Gunther, utilizando datos de ICE publicados por el Data Deportation Project, desarrolló un método cuidadoso para vincular registros de arrestos de ICE con eventos en la corte y así identificar arrestos que probablemente ocurrieron durante o inmediatamente después de las audiencias. Con ese método, identificó 2,388 personas —incluyendo 76 niños— que probablemente fueron arrestadas en o justo después de su audiencia durante ese mismo período.
Hemos revisado sus métodos y los encontramos altamente creíbles. Comparados con nuestros recuentos de audiencias, el resultado es claro: aproximadamente un arresto por cada 100 audiencias.
En una hoja de cálculo, es un número “pequeño”, muy por debajo del uno por ciento.
En la vida real, es un padre o madre arrestado en un pasillo de la corte por oficiales enmascarados, bajo la mirada aterrada de sus hijos de 9 y 11 años. Los niños quedan solos y desconcertados en el pasillo, mientras su progenitor es llevado a detención a pesar de haber cumplido con cada una de las reglas que el sistema le imponía.
Escenas exactamente como las que capturó tan vívidamente el reportaje de AP, escenas casi intencionadas para que el factor miedo acaparara mayor atención mediática.

Los datos pueden revelarnos mucho con notable precisión. Pueden mostrar cuántas audiencias se llevaron a cabo, cuántos arrestos estuvieron estrechamente vinculados a ellas y cuántas personas recibieron órdenes de deportación por no presentarse ante un juez de inmigración.
Lo que no pueden mostrar es el momento en que alguien lee ese artículo de AP en su teléfono, mira su notificación de audiencia pegada en el refrigerador y decide en silencio que simplemente no puede arriesgarse a entrar en ese edificio.
Lo que no pueden mostrar es el momento en que alguien lee ese artículo de AP en su teléfono, mira su notificación de audiencia pegada en el refrigerador y decide que simplemente no puede arriesgarse a entrar en ese edificio.
Esa decisión no aparece como “miedo” o “trauma”. Aparece como una orden de deportación in absentia.
En términos simples, una orden de deportación in absentia es cuando la corte ordena la deportación de una persona por no presentarse a su audiencia.
Cuando ICE está presente de manera visible dentro y alrededor de las cortes, cuando las historias de arrestos dentro o cerca de las cortes se multiplican, y cuando se difunde la noticia de que incluso los casos desestimados por un juez pueden terminar en un arresto fuera de la sala, las comunidades no perciben esto como un cambio técnico de política.
La presencia de ICE se siente como una confirmación de que la corte misma puede ser una trampa. Para subrayar la palabra trampa, considera el resultado de perder solo una audiencia:
Para destacar que es una “trampa”, basta ver qué pasa si un inmigrante pierde una sola audiencia:

En los datos, no acudir a una audiencia se codifica simplemente como “no-show”. En realidad, significa que perdiste tu oportunidad de pelear por tu caso. Estás fuera.
La administración actual y el Departamento de Justicia entienden perfectamente este vacío legal y lo están aprovechando activamente. Creando condiciones que empujan a la gente a faltar a sus audiencias, el sistema puede caracterizarlos como desinteresados en la ley y deportarlos in absentia. Es una trampa legal altamente estratégica y profundamente preocupante.
La pregunta sigue siendo: ¿está funcionando esta estrategia calculada tal como fue diseñada?
En teoría, la elección se convierte en un esquema de decisiones sumamente cruel.
Si vas a la corte, nuestras mejores estimaciones sugieren un riesgo de 1 en 100 de que tu audiencia termine en arresto, con todo lo que eso implica: detención, deportación expedita, separación familiar.
Si te quedas en casa, la matemática es aún más dura: los datos de EOIR muestran una probabilidad del 99.21% de recibir una orden de deportación por faltar a una sola audiencia.
Sin brindar testimonio, sin ofrecer evidencia, sin audiencia sobre los méritos. ¿Faltaste? Estás fuera.
¿Cómo están reaccionando los inmigrantes ante tener que tomar una decisión tan cruel? En el análisis siguiente, nos centramos en solicitantes de asilo, quienes constituyen la mayor parte de las personas en corte y son de las más vulnerables, huyendo de persecución y violencia.
Ellos están literalmente atrapados entre seguir la ley y proteger sus vidas: faltar a una audiencia puede significar ser enviado de regreso al peligro del que huyeron. La jueza de inmigración Dana Leigh Marks describió estos casos como “casos de pena de muerte en un entorno de tribunal de tránsito”, capturando cómo se toman decisiones de vida o muerte en un sistema que a menudo se siente apurado, técnico y sobrecargado.
Y esto es lo que sucede cuando esta comunidad enfrenta ese esquema de decisiones tan brutal, con resultados sombríos.
Dado el miedo en las comunidades inmigrantes y la constante cobertura mediática sobre arrestos en las cortes, podrías esperar que la gente empiece a quedarse en casa.
Y tendrías razón.
Nuestro análisis reciente muestra que más solicitantes de asilo están faltando a sus audiencias, obligados a tomar decisiones imposibles bajo una presión creciente.

Bajo esta administración, las deportaciones in absentia están aumentando, especialmente para solicitantes de asilo.
Los números no están explotando, pero la tendencia es clara: más personas están siendo deportadas simplemente porque tienen demasiado miedo de entrar a una corte que podría convertirse en una trampa.
Ese cambio preocupante se está dando incluso después de años de trabajo sostenido y del esfuerzo de dos fuerzas importantes:
Primero, el trabajo diario y silencioso de organizaciones de inmigración y proveedores legales, que dicen a sus clientes lo mismo: la ley es sagrada; cúmplela.
Cualquier abogado de inmigración tiene la obligación ética y legal de decirles a sus clientes que, por cruel que parezca el sistema, presentarse a la audiencia sigue siendo, en teoría, su opción más segura.
Y segundo, la determinación de los propios inmigrantes, empeñados en presentarse ante un juez y contar su historia. Durante años, esa determinación resistió al miedo. Ahora, los arrestos en las cortes y los videos virales están erosionando esa confianza. La gente está obligada a elegir entre obedecer la ley y arriesgarse a ser detenida, o quedarse en casa y recibir una orden de deportación.
Es difícil imaginar algo más ilógico: sigues las reglas, te presentas a la corte, te paras ante el juez y luego sales esposado/a, y no con justicia.
Nada de ese temor aparece en una hoja de cálculo de EOIR, pero es lo que esposas, pastores y abogados comentan en voz baja todos los días. A medida que el miedo se propaga, más inmigrantes están siendo empujados hacia el rincón más cruel: castigados tanto si se presentan como si no.